L’Almodí se construyó sobre el Alcázar musulmán a principios del siglo XIV como lugar de almacenaje y venta de trigo. En origen tendría unas dimensiones más reducidas y se fue ampliando a lo largo de los siglos XV y XVI hasta adquirir el aspecto que hoy tiene. El primitivo edificio tendría un patio central a cielo abierto y fue a principios del siglo XVII cuando se incorporó la cubierta, dándole la imagen de planta basilical que tiene en la actualidad.
En el interior se pueden contemplar pinturas murales de carácter popular alusivas en la entrada de trigo en la ciudad – históricamente una de las mayores preocupaciones de sus gobernantes –, así como representaciones de los santos patrones de los gremios que operaban en el comercio del grano.
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